Instituto de Estudios del Antiguo Egipto
Una arqueóloga sanlorentina ha formado parte de uno de los descubrimientos más importantes en Egipto.
El pasado 18 de noviembre de 2015, la Misión Arqueológica Española encontró la tumba intacta de un sacerdote del dios Amón Ra en Luxur (Egipto), la antigua Tebas. Un grupo de 28 profesionales, dirigidos por Teresa Bedman y Francisco Martín Valentín, del que ha formado parte Lucía Muñoz, nacida en San Lorenzo de El Escorial. Lucía es licenciada en Historia, con la especialidad de arqueología, por la Universidad Complutense de Madrid.
El hallazgo se produjo durante unas excavaciones en la zona noroccidental del patio de este enterramiento donde se encontraba el sarcófago del sacerdote Anj ef Jonsu. Un descubrimiento de gran prestigio para el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto y que sucede muy raramente en las últimas décadas. Tras su llegada a España hemos podido hablar con Lucía Muñoz y con Teresa Bedman, Directora de la Misión Arqueológica Española.
P: Lo primero, enhorabuena por un logro de esta magnitud, ¿Qué ha supuesto para ti ser parte de un hallazgo como éste?
Lucía: Gracias en nombre de todo el equipo. Ser parte no sólo del hallazgo, sino de la campaña en que éste se ha producido, ha supuesto para mí cumplir un sueño de los que parecían imposibles. Desde pequeña siempre me había apasionado Egipto y siempre había deseado visitarlo. Por ello, trabajar allí como arqueóloga, y coronar una campaña estupenda con un hallazgo tan interesante, para mí ha supuesto una inmensa felicidad.
Quiero agradecer al Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, y en concreto a sus directores, Francisco Martín Valentín y Teresa Bedman, la oportunidad que me brindaron.
P: ¿Cómo fue el momento del hallazgo?
Lucía: El hallazgo se produjo hacia las 11.30 de la mañana del 18 de Noviembre, cuando ya llevábamos varias horas de jornada. Recuerdo que cada uno estaba trabajando en su cuadrícula cuando Teresa nos hizo un gesto, indicándonos que algo importante iba a salir. Con calma nos acercamos, mientras varios compañeros limpiaban la cuadrícula dejando visibles varias losas de piedra caliza. Con mucho cuidado se levantó la primera de ellas, dejando visible los pies del sarcófago, que se encontraba en un espacio no colmatado por tierra. En ese momento todos nos quedamos sin habla, mirando fijamente los pies de un sarcófago que llevaba casi 3000 años oculto.
Después se fueron quitando el resto de losas que nos permitieron contemplar el sarcófago al completo, en bastante buen estado de conservación. Tras el registro fotográfico del hallazgo y la toma de medidas del mismo, se procedió a la extracción del sarcófago de su nicho, para colocarlo en un lugar protegido, donde se fue restaurando poco a poco. Allí quedó custodiado en secreto, puesto que no podíamos contar la noticia, hasta que se produjo la visita del Ministro de Antigüedades de Egipto y la apertura oficial del sarcófago. Durante todos esos días de espera, tuvimos que aguantarnos las ganas de compartir un momento tan emocionante con nuestros familiares y amigos.
P: ¿Alguna anécdota que recuerdes durante las excavaciones?
Lucía: La verdad es que recuerdo todos los días con gran cariño, por los diferentes hallazgos, por compartirlos junto a mis compañeros y por poder estar en un entorno tan maravilloso, con el templo de Deir el Bahari al fondo. Pero como algo anecdótico de la excavación debo destacar la relación con los obreros egipcios que trabajaban con nosotros, con los que al principio nos entendíamos a duras penas, chapurreando inglés y entre gestos, pero con los que poco a poco nos hicimos un lenguaje y conseguimos entendernos. Además, gracias a ellos aprendimos varias palabras en árabe que nos sirvieron para desenvolvernos en la ciudad.
P: ¿Teníais tantas expectativas al comienzo del proyecto?
Teresa: Realmente, debemos decir que sí. Antes de elegir la Tumba del Visir para ser excavada por nuestro equipo, el Dr. Martín-Valentín y yo misma, habíamos estudiado cuidadosamente todo lo que antes de comenzar nuestros trabajos se sabía referente a dicho monumento y al periodo al que el mismo pertenecía. Por tanto, era presumible que encontraríamos datos e inscripciones de la época del célebre Aj-en-Aton y de la de su padre, el faraón Amen-Hotep III.
Luego, fuimos descubriendo que la Tumba del Visir fue utilizada, desde la época de la restauración del orden tradicional por el Faraón Tut-Anj-Amon hasta la Baja Época, durante cerca de seiscientos años, como lugar sacro para momificar y dar sepultura a altos personajes pertenecientes al alto clero del dios Amón de Tebas. Hoy, podemos decir que tenemos localizadas y listas para excavar, al menos, seis o siete tumbas más, probablemente intactas, esperando dar grandes sorpresas al mundo de la arqueología egipcia y de la ciencia española.
P: ¿Qué repercusiones va a tener para el mundo de la arqueología?
Teresa: Un descubrimiento en sí mismo, aisladamente, no es común que tenga repercusiones trascendentes, pero el conjunto de nuestros trabajos en la Tumba del Visir Amen-Hotep Huy, que ya han visto siete campañas de excavaciones, y que este año 2016, verá la octava, más las próximas venideras, marcarán un importantísimo hito en el conocimiento de una parte muy importante de la necrópolis faraónica de la antigua Tebas.
P: ¿Descubrir una tumba intacta en Egipto debe ser algo que sucede muy raramente no?
Teresa: Es algo que permitiría entrar al equipo descubridor en los libros de los ‘records’, y esto es lo que ha sucedido en nuestro caso. En Egipto se han descubierto tumbas intactas en muy contadas ocasiones; ello quiere decir que encontrar sarcófagos (con o sin momia en su interior) es una posibilidad razonable cuando se trabaja en la arqueología en Egipto, no así y descubrir la tumba intacta de algún personaje de relieve, como fue el caso del Sacerdote.
P: ¿Cómo surgió la misión española para excavar en la Tumba del visir Amen-Hotep?
Teresa: El Instituto de Estudios del Antiguo Egipto lleva ya trabajando en Egipto desde hace 16 años. Primero lo hicimos en un proyecto anterior, el Proyecto Sen-en-Mut que finalizamos en el 2008. Al año siguiente, el Servicio de Antigüedades de Egipto nos concedieron esta nueva excavación y que tan buenos resultados está dando para la Egiptología Española.
P: ¿Es la primera excavación en Egipto en la que intervienes?
Lucía: Sí. Antes de viajar a Egipto sólo había excavado una vez en el extranjero, en la zona de los Alpes Cárnicos al norte de Italia. Durante el tiempo que estuve estudiando en la universidad participé como voluntaria en diversas excavaciones arqueológicas de diferentes puntos de España, y al finalizar la licenciatura me especialicé en Antropología Física, por lo que desde entonces he estado realizando trabajo de laboratorio aquí en Madrid.
P: ¿De quién o de dónde viene tu vocación por la arqueología?
Lucía: Creo que no me viene de nadie de mi entorno cercano, puesto que no conocía en persona a ningún arqueólogo antes de comenzar la universidad. Mi vocación por la arqueología se inicia precisamente en mi interés por el Antiguo Egipto, que no sé cómo empezó, pero he sentido desde pequeña. Después, según fui creciendo mi interés por el pasado fue aumentando, y llegó a abarcar desde el pasado más reciente hasta la prehistoria más remota y las cuestiones sobre evolución humana.
P: ¿Qué recuerdas de tu niñez en San Lorenzo de El Escorial?
Lucía: Recuerdo una niñez tranquila y feliz, disfrutando del entorno de San Lorenzo junto a mi familia y mis amigos durante todas las estaciones del año. Recuerdo las excursiones a Abantos, las celebraciones de mi cumpleaños en la Herrería, las visitas al monasterio con el colegio o los juegos en el parque junto a mis primos.
P: ¿Ser vecina de una localidad con tanta historia y dedicarse a la arqueología debe ser algo especial no?
Lucía: Por supuesto. Aunque yo me haya especializado en arqueología, cursé los estudios de licenciatura en Historia porque es la historia en general lo que me interesa. Por lo tanto, vivir en un pueblo con un pasado tan interesante para mí es un placer. Y he de reconocer que nunca pierdo la ocasión de acompañar a mis amigos de fuera del pueblo a visitar el Monasterio, ya que me encanta recorrer sus salas.