Instituto de Estudios del Antiguo Egipto
Cementerio ilegal cerca de pirámides de Dahshur en Egipto será derrumbado
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(El Cairo, 24 de mayo. EFE).En las proximidades de las primigenias pirámides de Dahshur, hay ciertas tumbas destinadas a desaparecer antes de acoger a los muertos. Son las del cementerio ilegal que desde hace meses ocupa la tierra de los antiguos faraones.
Una sucesión de muros y nichos desnudos rompe el paisaje desértico que lleva hasta la llamada Pirámide Roja, construida por el faraón Snefru, fundador de la IV dinastía y padre de Keops, que reinó hace unos 4.600 años.
Más alejada y menos conocida que las de Guiza, la primera pirámide del mundo en tener sus lados triangulares había convivido con monumentos similares, una necrópolis real y demás restos arqueológicos, pero nunca estuvo tan cerca como ahora de un cementerio contemporáneo.
Con su patrulla, el jefe de la policía egipcia en las ruinas de Dahshur, Mohamed Sibai, supervisa la zona y niega cualquier problema con los lugareños a raíz del nuevo camposanto, extensión de uno antiguo que ya está abarrotado de sepulcros.
“Esperamos derribarlo en un par de semanas. Aquí se esconden restos arqueológicos, pero aún no se han autorizado excavaciones para sacarlos a la luz”, apunta Sibai, con gesto relajado.
Más nerviosismo debieron sentir los policías que el pasado enero se enfrentaron a un gran número de hombres armados que, tras irrumpir de noche en el lugar, comenzaron a remover la tierra y levantar los primeros muros.
De esa forma, invadieron el sitio de Dahshur, que junto con otras pirámides históricas ubicadas a las afueras de El Cairo, forma parte del Patrimonio de la Humanidad.
Tal acción puso en alerta a la Unesco, cuya directora general, Irina Bokova, visitó en marzo el país árabe y no dudó en abordar con el entonces ministro egipcio de Antigüedades, Mohamed Ibrahim, la situación de Dahshur y otras ruinas amenazadas como las de Tel el Amarna, en el sur.
El Gobierno se comprometió a detener las obras ilegales y a conceder a los vecinos otro terreno que pueda albergar el nuevo cementerio sin que esto afecte al rico legado arqueológico.
“Las fuerzas de seguridad podían haber acabado con los muros antes, pero necesitaban el correspondiente permiso”, asegura a Efe la arqueóloga y jefa de los inspectores de Dahshur, Wahiba Saleh.
Entre tanto vestigio, el nuevo cementerio incomoda también a algunos habitantes de la zona. Karim Sayed, que acaba de visitar una tumba familiar en el viejo recinto, culpa a vecinos de otras localidades por supuestamente haber construido allí, fuera de los límites legales. “Las pirámides son patrimonio de todos”, recuerda.