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Luces de Málaga para los misterios de los faraones.

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El Instituto Cervantes de El Cairo acoge la presentación del ambicioso estudio sobre el Proyecto Visir Amen Hotep.

 

Nadie las había tocado en los últimos 1.500 años. Ahí estaban todavía, dentro de la pieza de cerámica, las flores, lo que quedaba de ellas. También ese amuleto, salido desde el interior de la tierra de ese recodo de mapa en la ribera occidental del río Nilo a su paso por Luxor. Hasta allí ha ido en cuatro ocasiones la arqueóloga malagueña Marina Esteve, de 25 años, que recuerda: «Los dos primeros años con el descubrimiento de los sarcófagos... Esos son hallazgos que marcan la carrera de alguien, sobre todo si está empezando como es mi caso. Pero sin olvidar la trascendencia de encontrar un enterramiento intacto, lo que más me gustan son los hallazgos relacionados con el día a día».

La Diputación edita el volumen con las conclusiones del equipo en el que participan varios investigadores de la provincia.

 

Esteve participa desde hace tres años en el ambicioso proyecto Visir Amen Hotep, desarrollado desde 2009 por un equipo liderado por Francisco Martín Valentín y Teresa Bedma. Los tres regresaron ayer a Egipto, pero en ese caso a la sede del Instituto Cervantes en El Cairo, que acogía la presentación del libro editado por la Diputación Provincial de Málaga con las principales conclusiones de las campañas emprendidas en esa zona.

 

«La conexión con Málaga es algo mágico. Cuando La Térmica empezaba sus actividades nos pidieron alguna propuesta y empezamos a organizar cursos de egiptología que tomaron mucho arraigo popular, de manera que nuestras clases siempre han estado llenas, en la mayoría de las ocasiones de alumnos de la Universidad de Málaga. Firmamos un convenio con la Universidad y esa relación se está estrechando. También desde el Ayuntamiento se interesaron y estamos recibiendo mucho apoyo. Al final, casi la mitad de nuestro equipo es malagueño», relata Martín sobre la iniciativa emprendida por el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

Varias conexiones

 

Hay, además, otra conexión malagueña. Desde hace poco más de tres meses, la sede del Instituto Cervantes en El Cairo está dirigida por Silvia Grijalba, que partió a ese puesto desde su gestión al frente de la Casa Gerald Brenan y la Fundación Rafael Pérez Estrada. «Es una ocasión muy feliz para mí por motivos personales, pero también por colaborar a la hora de estrechar los lazos entre Málaga y Egipto», sostenía ayer la gestora cultural.

El proyecto ha demostrado que Amenhotep III y su hijo reinaron juntos durante una década

 

Lazos y luces para uno de los periodos más enigmáticos del antiguo Egipto. No en vano, los hallazgos realizados por este equipo han puesto fin a una discusión académica prolongada desde los años 30 del siglo pasado, como detalla Martín. «Unas inscripciones que encontramos en 2013 en cuatro columnas demostraban cómo el rey Amenhotep III y su hijo, Amenhotep IV, que luego sería Ajenaton, reinaron juntos entre nueve y once años», destaca.

«Además de ser algo muy inusual, al recortar este periodo al final de la dinastía podemos colocar en un recorrido cronológico común a Tutankamón y Nefertiti, que antes estaban dispersos y ahora podemos colocarlos en una línea de tiempo más concreta», añade Martín.

Un hallazgo que se une a los dos sarcófagos intactos descubiertos en 2014 y 2015. En ambos participó Esteve y ambos son imponentes, aunque ella prefiere los pequeños objetos de cada día rescatados del tiempo y del olvido.

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