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Malagueños y el enigma de los faraones

 

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Una página en blanco de la historia de Egipto, el reinado de dos faraones, comienza a conocerse gracias al equipo en el que han participado Verónica Robles y Daniel González.

Los estudiantes de la UMA Daniel González y Verónica Robles. En el recuadro, columna con la inscrpición del farón Amen-Hotep IV. Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

 

Regresaron sabiendo que tenían en sus manos un gran descubrimiento, pero no han podido desvelarlo hasta ahora. Los trabajos de la última misión arqueológica del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto en la tumba del visir Amen-Hotep Huy han deparado unos resultados sorprendentes, hasta el punto de que no se han podido dar a conocer hasta que el Ministerio de Antigüedades de Egipto lo hiciera público a nivel mundial. Esto ha sucedido hace unas semanas y ya es una noticia que puede cambiar en buena medida algunas de las teorías y convicciones ahora vigentes.

 

El equipo español, que dirigen los egiptólogos Francisco J. Martín Valentín y Teresa Bedman, ha encontrado evidencias de un aspecto hasta ahora desconocido de la política del antiguo Egipto, la corregencia de dos faraones. Se trata de Amenhotep III y su hijo, Amenhotep IV, llamado Ajenaton, faraones de la XVIII dinastía (en torno al siglo XIV aC). En este equipo han participado los jóvenes malagueños Verónica Robles y Daniel González, estudiantes de la UMA.

 

El Instituto de Estudios del Antiguo Egipto es uno de los pocos equipos científicos que cuentan con permisos de las autoridades egipcias para excavar. En su caso lo hacen en la tumba del visir Amen-Hotep Huy, un servidor del faraón, en la zona de Asasif, en Luxor occidental. La Fundación Gaselec de Melilla financia estos trabajos. Este ha sido el quinto año de las campañas de excavación en las que, por medio de un convenio de colaboración con la UMA, se han incorporado alumnos malagueños.

 

Inscripciones en columnas

 

El descubrimiento que prueba esta corregencia ha sido el hallazgo de inscripciones con los nombres de los dos reyes, padre e hijo, coronados al mismo tiempo, en los fuestes de varias columnas, en el mismo espacio, y estando unas seguidas de las otras, en una hilera, en la capilla de la tumba del visir. Se trata de un descubrimiento «que va a dar lugar al nuevo estudio de la cronología al final de la dinastía XVIII del Imperio Nuevo» y que supondrá «reescribir parte de la historia», según Francisco Martín.

 

En la necrópolis tebana hay tumbas datadas en el reinado de Amen-Hotep III y otras pertenecientes al reinado de su hijo. Pero en ninguna de ellas, exceptuando la estudiada por el equipo español, hay representación de los nombres de los dos reyes, con los dos nombres del protocolo real (hijo de rey y rey del Alto y del Bajo Egipto). «Ha sido duro llegar a este punto, es un trabajo meticuloso, de mover mucha tierra y escombros, pero ante nosotros tenemos un panorama de muchos y muy importantes descubrimientos», señala Teresa Bedman.

 

Esta información arrojará nueva luz sobre los acontecimientos del final de la Dinastía XVIII en el Imperio Nuevo ( hacia 1362 -1348 aC) momento en que se produjo la primera revolución religiosa de la humanidad, con la creación del monoteísmo.

 

Pero no será hasta el próximo octubre cuando los expertos españoles vuelvan a la necrópolis tebana. El presupuesto sólo les permite estar allí tres meses, aunque aseguran que hay trabajo para muchos años. Sólo cuentan con financiación privada (la Fundación Gaselec, ya que no tienen ayudas públicas), aunque la trascendencia de su trabajo es, hoy más que nunca, de repercusión internacional.

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