top of page

Sueños cumplidos en la tierra de los faraones


Fuente: 

Cuatro estudiantes de la UMA se incorporan este año a las excavaciones en Egipto. Forman parte de un equipo interdisciplinar e internacional que dirige el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto y que busca en la tumba de un visir evidencias sobre el origen de uno de sus faraones más famosos, Tutankamon

Próxima a iniciarse la nueva campaña de excavaciones en la tumba del visir Amen-Hotep Huy, el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto incorpora a los trabajos de campo a cuatro jóvenes estudiantes de la Universidad de Málaga. El próximo 3 de octubre parte hacia Egipto esta misión científica, con el objetivo de avanzar en las excavaciones en la tumba del visir. Son 31 personas las que viajan en la expedición, la mayoría españoles, aunque también hay de otras nacionalidades, en concreto de Estados Unidos, Suiza, Argentina, Portugal, México y dos egipcios. Sobre el terreno contarán con la ayuda de entre 50 y 60 obreros del lugar. Son egiptólogos y también expertos en historia antigua, historia del arte, arquitectos, topógrafos,  antropólogo, especialistas en cerámica, canteros, documentalistas, fotógrafos, dibujantes y restauradores.

Es la sexta campaña que afronta el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto en tierra de faraones. La expedición parte el viernes 3 de octubre y no regresará hasta el 20 de diciembre. Según la directora de la misión, Teresa Bedman, esta campaña se presenta muy complicada, ya que se trata de poner en orden un puzzle de más de 10.000 piezas, "tenemos que sacar todas los objetos con relieves, que son de las paredes y de las columnas, y tendremos que empezar a restaurar las paredes, las columnas, el techo…", explica.

En la pasada campaña el equipo español dirigido por Teresa y Francisco J. Martín Valentín encontró evidencias de un aspecto hasta ahora muy discutido entre los egiptólogos, la corregencia entre Amenhotep III y su hijo, Amenhotep IV, faraones de la XVIII dinastía (en torno al siglo XIV aC). Y esto porque Amenhotep IV, también conocido como Akenatón, se suponía padre de uno de los faraones más conocidos, Tutankamon. Con las evidencias de la corregencia, al menos durante diez años, entre Amenhotep IV y su hijo Akenatón, resulta que Tutankamon sería hijo del primero y hermano de Akenatón. Un descubrimiento de gran trascendencia científica y que ha sido avalado por el Ministerio de Antigüedades de Egipto.

En esta sexta campaña, el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto sigue contando con la financiación de la Fundación Gaselec, la empresa eléctrica de Melilla, que también beca a una estudiante de la Universidad de Málaga, en esta ocasión Belén Gutiérrez, que ha terminado Historia en la UMA. Daniel González, que ya participó en la campaña del año pasado, vuelve a Egipto con la ayuda de la empresa malagueña de gestión cultural Esirtu Group. Marina Esteve y Patricia Mogaburu también podrán trabajar en las excavaciones gracias a la ayuda de la empresa malagueña Segur Itesa. Los estudiantes, se benefician también de un convenio que tiene firmado el IEAE con la UMA, por lo que verán compensado este tiempo de trabajo de campo por créditos académicos. Marina estudia tercero de Historia del Arte y Patricia está en cuarto curso de Historia.

Daniel, que ya estuvo el año pasado, se muestra muy ilusionado en esta nueva campaña y agradecido por la ayuda que le ha prestado Esirtu. Su administrador, Gonzalo Vergara, entiende que las empresas de gestión cultural “debemos participar de alguna manera en este tipo de iniciativas, son proyectos de colaboración que a todos nos enriquecen”, sostiene. Daniel, que ya ha terminado la carrera pero aún no ha encontrado un trabajo estable, reconoce que si no fuera por esta beca no podría ir de nuevo a Egipto. Patricia Mogaburo y Marina Esteve, que han llevado a cabo el taller del IAE Pequeólogos en La Térmica, se sienten más nerviosas conforme se acerca la fecha de partida. Marina dice que desde 2009 sigue el diario de las excavaciones, por lo que está muy al tanto de lo que se ha venido realizando en la tumba, “pero una cosa es leerlo por Internet y otra estar allí, sobre el terreno”, dice. Para ambas, su próximo trabajo en Egipto "es un sueño hecho realidad" y se consideran una “privilegiadas” por poder trabajar en un proyecto que es la ilusión de muchos estudiantes.

bottom of page